No hay mejor sensación que tenerlos al gélido baño Maria, los de Tribuna nunca sabrán de qué hablo. El Levante te regala muy de vez en cuando tardes maravillosas, sufrimiento garantizado y también cosas como éstas en la que solo quieres llegar a casa. Y no por evitar atascos, imitar a chotos o bañar al nene (¡qué fina ironía!) sino por hacer que tus pantalones pesen un Luis Suárez menos. Roger metió su gol y Poseidón soltó a los perros sobre nosotros, motivos más que suficientes para que el dominguero de turno, que se sacó el pase porque le podría salir gratis el siguente, decidiese volver a casa. En el campo persistimos los reales, los que nos quedamos por poder publicar su tweet de amor infinito al Levante o los que anhelaban el "estás como una cabra" de la parienta al llegar a casa con los cabellos brillantes y pegados a la frente, las ropas chorreando y la manos rígidas.
Poco vimos los reales desde el gol de Roger (seis ya) hasta el decanso porque el goteo de paraguas desfilando por las escaleras fue constante, la carne de De Burgos Bengoetxea no transparenta. El Leganés es un rival peligrosísimo cuando no le vas ganando, pero manso cuando consigues abrir la lata, y parecía que solo el del silbato podía cagarla. Don Ricardo se abstuvo de un escándalo, tan suyo, y completó un partido sin fallos garrafales, sin embargo, nos deleitó con algunos destellos de su buen hacer.
Rochina, que se cree Casadesús jugando a dos por hora, hizo un golazo en el último minuto.
El Leganés nos hizo la de Manchev y nos engañó, le dio al palo tres veces y con estos ya sumamos siete en los últimos cuatro partidos: esto con el yunque no pasaba. Y ya que me sacáis el tema del yunque, estoy preocupado por él, no sé donde está, no aparece, las supuestas vacaciones están siendo demasiado largas. El Levante no es lo mismo sin el yunque. Me arrepentiré de lo que voy a decir pero quiero que vuelva. Un par de partiditos como los de antes no estaría mal. Quizás el yunque solo era el precio que el destino nos hacía pagar por ser tan rácanos jugando al fútbol o quizás hoy el yunque nos cayó del cielo o quizás está ahora mismo en el autobús de la afición del Leganés que vuelve a su casa, baño Maria incluido.