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domingo, 9 de mayo de 2021

Holgadamente

Jugar contra el Alavés no son buenas noticias para les barres blaugranes. En los últimos tiempos, Levante y Alavés, a pesar de sobre el papel ser de una entidad parecida, se han dedicado a evitarse no coincidiendo en las categorías que competían; no obstante, desde el ascenso de Muñiz hemos debido de pasar por el desagradable trago de jugar contra ellos. No hay dicha una sola buena palabra de los pocos partidos en los que nos hemos visto las caras desde entonces. Desde aquel primer frenazo del Levante de Muñiz en una tarde en la que hasta Campaña parecía malo, hasta el partido de la primera vuelta con Sergio León fallando el gol más claro de su carrera a diez minutos de la conclusión, el Levante no es que las haya visto de todos los colores contra esta gente, es que directamente no ha visto otro color que el más choto de todos los blanquinegre (no se me ocurre un peor color). Muñiz todavía cierra los ojos con dolor cuando se acuerde del instante en que Laguardia le cerró desde aquel momento las puertas de primera división en la desgraciada última jugada del partido; igual que PacoLo prefiere pensar en otra cosa cuando le hablan de Aleix Vidal y Lucas Pérez correteando cara a portería cuando el Alavés nos lio la marrana en nuestro mejor momento de la temporada pasada. Por no hablar de la soporífera primera jornada de esa misma temporada (uno cero para los de Garitano, evidentement). Y por directamente pasar de largo nuestra angustiosa visita a Mendizorroza con Toño camino de la cárcel y con Jason camino de Mestalla (que no sé qué es peor). De hecho, si mal no recuerdo, nuestro único buen momento jugando contra este dolor de cabeza fue aquella remontada hace un par de años con goles de precisamente el ex-presidiario y el pesetero; y gracias a que Ibai decidió darle al palo y no colárnosla a poco del final. Vale, muy bien, jugar contra el Alavés es casi peor que contra el Madrid; pero llevábamos una victoria en seis partidos y nos podía haber tocado ganar.

Ayer, en la alavesa ciudad de Vitoria, el Levante de PacoLo estuvo algo lejos de ser el Levante de PacoLo por mucho que el golpeo de cabeza de Joselu no hubiera atravesado la línea, obviamente. Con el Alavés decidido a no sobar la pelota más de lo necesario, el Levante solo pudo asomarse a la portería de Pacheco pasado el minuto veinte y fruto de una jugada a balón parado: Dani Gómez debió enchufar la excelente prolongación de Cantero al horrible centro de Miramón. A falta de tres partidos para que la temporada eche el cierre se puede decir sin miedo a precipitarse que de los dos chavales que vienieron de la capital de España el bueno es De Frutos, otra cosa es que León deba jugar por delante de Dani. Al multimillonario delantero granota (Sergio León, por si no se sabe a quien hago referencia) no solo le ha superado Roger, que se podía entender, ni un inexperto Borja Mayoral, ni si quiera Dani Gómez, que ha fallado casi tantas como ha tenido, ya es que directamente PacoLo prefiere subir a un chaval del filial pa que haya un tío moviéndose arriba cuando Roger y Dani no pueden coincidir en el campo. Cantero, con poco más de dos horas de juego, ha demostrado, como Cárdenas, que para la temporada que viene merece portar un dorsal menor a 25; con esas condiciones físicas y con la capacidad táctica que a destellos ha querido dejar ver no parece que vaya a demorarse mucho su aportación goleadora al equipo. Aunque, claro tampoco iba a tardar mucho que llegaran los goles para Dani Gómez.

Que juegue Duarte y no juegue Róber Pier es motivo suficiente como para montar una manifestación en el párquin del Ciutat; pero si Róber estaba a este nivel en defensa, mejor que juegue cualquier otro. Ay, PacoLo, nunca debí dudar de ti. El central gallego cuya procedencia no da lugar a confunsión despejó horrible a un centro casi tan malo. Pere Pons, que pasaba por allí, no dudó en fusilar el marco granota a pocos pasos del área pequeña. El gol vitoriano coincidió con la pausa esta para beber agua y el Pelao de Silla soltó tal rapapolvo al equipo (y a Róber) que los chavales de azul y grana remontaron el partido en cinco minutos. De igual forma que no cualquier equipo le da la vuelta al marcador en dos momentos cuando su rival se está jugando directamente el descenso, no cualquier entrenador hace que sus jugadores le den la vuelta al marcador en dos momentos cuando su rival se está jugando directamente el descenso. Jorge de Frutos trasladó al terreno de juego las amables sugerencias de PacoLo, solo él creía que podía llegar a ese balón y Rubén Duarte, que solamente está en Primera División porque sabe engañar a los árbitros y porque al director deportivo le da pereza buscar un buen lateral izquierdo, se quedó pensando si todavía tenía que seguir ingiriendo agua o si tal vez debía empezar a jugar a fútbol. José Luis Morales no tuvo ni que acomodarse el golpeo, el centro fue perfecto. Sin solución de continuidad, Cárdenas abrazó el balón y lo distribuyó en corto para Melero: pase vertical, combinación vertiginosa y apertura a banda; el abecé de los Indomables de Paco. Solo que esta vez la apertura a banda fue un pase medido al flanco diestro del área. A.J. Morales ni perdonó su cuarto doblete del curso ni emborronó el mejor gol de la temporada; honores a Cantero y Dani que hicieron volar pajaritos alrededor de la cabeza de Laguardia y Leujene. (Aparte: Que Dani no meta una no significa que haga la del parásito cada vez que salta al campo).

PacoLo soltó lastre y yo respiré tranquilo porque con la tontería me había visto haciendo cuentas. Pero el que más aliviado se vio de todos, vete tú a saber por qué, fue Miramón. Con uno a dos en el marcador y con la salvación matemática en el bolsillo, la portería rival dejó de ser una prioridad para los nuestros. Así, Joselu, en el desgraciado rechace de una falta lamentablemente fingida a punto estuvo de igualar en el encuentro por segunda vez. La entrada de Bardhi, por nuestra parte, nos ofreció dos ocasiones de anotar; pero en la primera la inexperiencia de Cantero, llevándose el balón a la pierna mala, y su nobleza, por no tirarse al suelo, marró la primera, y en la segunda, Rioja retiró el balón de los pies de Bardhi cuando este preparaba el tiro que nos daría el tercer gol. Dicho todo esto, me responsabilizo de este empate: en el minuto 86, el Alavés estaba pasándose la pelota entre sus centrales y el piernas de Battaglia rezando porque le hiciéramos una mísera falta y yo pensé en la distancia de diez puntos, en la salvación matemática, en que ya habíamos cubierto el cupo de goles en contra en el último minuto en una temporada... pero treinta segundos después Son hizo falta, Clerc midió mal y Cárdenas le soltó un manotazo al balón solo que diez centímetros dentro de la portería. Además, el árbitro añadió nueve así que de gol en el último minuto nada. Solamente faltaría añadir que de Frutos, a pase excelente de Son, mandó la volea que nos hubiera dado el dos a tres un palmo por encima de la escuadra en el minuto 94.

Al Levante ya solo le quedan dos oportunidades para enlazar dos victorias de liga seguidas por primera vez en toda la temporada. Y no sería nada descabellado que las últimas cinco victorias de este curso, en el que entre Morales, de Frutos y Roger han dado cuarenta goles, sean la clasificación a semifinales de Copa, la victoria en Valdebebas, la victoria en el Calderón, el derbi y un simplón cero a uno contra el último clasificado. Aunque, claro está, después de todo, con la rocambolesca derrota del Huesca ayer el Levante está nueve puntos por encima del descenso con nueve puntos por disputar (y con el gol average perdido con casi todos). De aspirar a jugar competiciones europeas a mantener la categoría holgadamente hay un trecho todavía más amplio de lo que pensábamos; concretamente, de cuatro puntos en ocho jornadas.