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lunes, 24 de diciembre de 2018

El día de la niebla

Ser del Levante es divertidísimo; no cosa distinta te mantiene en vilo la víspera a nochebuena. En la montaña rusa de emociones que todo granota cabalga hoy nos ha tocado ver como un partido se nos escurría como arena entre los dedos. La semana pasada, dicha montaña rusa, conectó el larguero de Boateng con una exhibición de Messi y hace dos remontó un cuatro a dos, cardenal del palo en el muslo de Mayoral incluido. Si se pusiese en una balanza el tarro de lágrimas vertidas por todos los madridstas este fin de semana y, al otro lado, el brevísimo instante en el que te das cuenta el gol de Coke es fuera de juego, lo nuestro gana, y por más de un gol.

Vallecas se está convirtiendo en un agujero negro para los granotas; atrás queda el cabezazo de Aganzo, el gol de Ivanschitz en el último minuto o el de Ballesteros en la segunda de las siete victoras seguidas; ahora son los tiempos del póquer de Bueno y el día de la niebla. Vallecas no nos sienta bien (insertese la gastroenteritis colectiva el año que Muñiz secuestró Segunda).

Paquito López ha conseguido que vayamos al estadio de las tres gradas a ganar pero sin la necesidad de ganar (he dicho ganar dos veces en una misma frase y Lucas Alc-atrás se ha perdido). Pero todas esta estas milongas de las necesidades, la posición en la tabla o Europa League se difuminaron cuando el cabrón de Morales le metió un pase con el exterior a Roger, que corría como un poseso cara al gol. El gen ganador que existe en mi, que en comparación con el perdedor es como un ácaro bajo un colchón, despertó y lanzó por los aires el almohadón, las sábanas y el edredón en el momento en que Roger estaba a un L1 + O de ponernos por delante. Dimitriesqui le sacó el pie de Casillas a Robben en la final del mundial y el marcador se quedó como estaba.

Morales, fallón, desparecido y perdido entre la niebla, fue transcendente en los dos momentos más importantes del Levante ayer por la tarde. Firmo arrancarme un par de pestañas a cambio que dé siempre los dos PASES que dio ayer. Sin embargo, no nos olvidemos que es Morales; le entró a Álex Moreno como jamás hay que entrarle a un jugón (y Morales lo sabe) de frente y con las piernas abiertas; el lateral zurdo que hizo estragos por la banda de Coke (ahora iremos a él) le coló un caño a Morales de los que hacen época. Toño terminó por meterse el centro raso de Moreno en su propia portería; si no lo hubiera hecho él, lo habría hecho R.D.T. (Jajajajajajajaja).

Morales salió al rescate y Rochina no desperdició su ASISTENCIA (Morales pásala); su gol, si no hubiese habido niebla es para verlo una y otra vez hasta caer dormido. Dos minutos después uno de la franjita roja arrolló a Rochina dentro del área; en principio, penalti. Pero ni el árbitro, ni el VARman lo vieron.

A Coke parece que los malos de la pelicula en la que Michael Jordan monta un equipo con Bugs Bunny, se le hayan metido por la nariz y le hayan robado el genio que el año pasado demostró tener. No estoy diciendo que Arbeloa lo hubiese hecho mejor, solo digo que, al menos, hubiese estorbado. Ganar sin lateral derecho es un poco dificil, ya se demostró en Huesca. En las páginas del Hola... ay, no... de Marca, se recoge que Álex Moreno no va a escribir carta ni a Papá Noel, ni a los Reyes Magos, ni a lo quien quiera a quien los italiano les escriban porque ya está «saciado» con el regalo de Coke. R.D.T. se aprovechó de Álex Moreno y de Oier para dar la victoria definitva al Rayo.

El propio R.D.T.  metió el tres a uno, pero su gol quedó anulado porque a Ignacio Iglesias Villanueva le dio por soplarle a su silbato. Sería verdad cuando toda representación vallecana en nuestro área volvía ya a suposición mientras R.D.T. engrosaba esas estadísticas que solo a él le importan.

Coke siempre fue de enmendar errores. En Éibar ya forzó un falta desde el costado diestro antes de que Mayoral nos diese el empate y hoy en Madrid rozó la copia. Rochina, asistente en casa de Mendilibar, le envió un pase que oposita a Balón de Oro y el mismo Coke remató al fondo de las mallas, su posición de partida, sin embargo, infringía el fuera de juego.

Que PacoLo conoce al yunque es más que evidente, pero ahora el yunque ya conoce a Paco y la cosa se empieza a poner interesante. El Levante perdió en Vallecas y con ello empieza a ser un fijo en los triples de la quiniela; detrás de cada partido nos espera una sorpresa. Anoche perdimos y el Levante ahora es décimo con los mismos puntos que el octavo y lo que más me duele no es el resquemor que se te queda al salir de vacío de un partido facilón, ni tampoco el penalti no pitado a Rochina, ni tan si quiera que Pichini les cerrase la boca en el último suspiro a medio Mestalla mientras nos superaban en la clasificación; lo que más me duele es que Roger ya no marca uno de cada tres. El mundo se va a la mierda.

domingo, 9 de diciembre de 2018

Al ataque

Morales hoy ha hecho un muy buen partido; no me voy a esconder. En la primera parte, hizo lo que mejor sabe: correr. Morales puede ser una puta máquina si se lo propone. La defensa del Éibar se acojonaba cada vez que mandábamos a José Luis a la guerra porque el cabrón hoy parecía el puto Tirant Lo Blanc. Empató el partido a los nueve minutos en la que menos tuvo que correr y le faltó un pelo de definición después de que Iván Ramis le yerrase el tobillo. El gol de Róber viene provocado por la única forma que había hoy de parar a El Comandante: el patadón al tobillo. Como habéis podido deducir aún así a Ramis se le escapó.

Pero Morales se vino a menos. Cuando solo haces que corretear por el campo de punta a punta, te acabas cansado, y PacoLo tremendamente poderoso en las otras infinitas facetas que ha de manejar un entrenador, hace los cambios tarde y tampoco se atreve a quitar a Morales cuando está cansado y lleva los tacos de la bota de Ramis en el tobillo. Es como si a un cuadro de Sorolla le cae una gota del agua con la que aclara los pinceles.

Tampoco fue un mal partido del Éibar. Es más me atrevería a decir que fue el mejor equipo del partido, también jugaba en casa. Ayer se hubo de soportar un Atlético-Alavés y un Valencia-Sevilla que fueron más jodidos que ver a Morales perder la pelota. Y el fútbol, en su inabarcable sabiduría, se vio en la obligación de compensar regalándonos un partido cojonudo. Este fútbol, con total seguridad, no ganará ligas, pero alegra la existencia. Mendilibar sabe como ganar en esto del balompié y aunque su estilo muestre diferencias con respecto al de PacoLo, ambos beben de la misma fuente. El Éibar nos bombardeo de la mala manera y nosotros forzábamos a su defensa a la mínima opción. La posesión y el orden táctico están sobrevalorados cuando tu equipo es capaz de meter cuatro goles.

Nació el partido con un golazo del Éibar, no de Sergi Enrich (nueve puntos en el Fantasy) sino del Éibar. Juego rápido y preciso, buen cambio de orientación, buen centro, buenísima prolongación y grandísima definición. Respondió Morales segundos después tras recibir un pase de genio de Bardhi. A Morales, como ya se ha dicho, le clavaron una buena falta, y un par de pases después, Jason confesó su amor por Róber Pier a través de un centro. Una debida gestión de los recursos habría provocado que ese gol hubiese ido a para a la saca del Deportivo. Quizás en esa parte del partido hubiera sido interesante meter gol.

Se reanudó el partido y se abalanzó un vendaval sobre nosotros, tres goles y pudieron ser más los que nos colase un Éibar imparable. Pese a que el penalti, que a mi así me lo parece, levante reticencias, el Éibar ralló la puta perfección. A veces cuesta ver jugar así al Barsa o al Madrid. Y encima el Levante pudo contestar. Toño metió un gol de mierda, que fue el 500 de las historia del club en Primera y Mayoral (siete puntos en el Fantasy) se estrenó rascando un punto en la última jugada partido. Amor eterno al entrenador que apuesta por meter cuatro goles aún a costa de recibir otros cuatro.

martes, 4 de diciembre de 2018

El rugido de la rana

SuperDeporte nos ha dedicado una portada. Tan desesperada está la chotera de la ciudad con nosotros, que incluso han recurrido a la negra magia del gafe. Con la victoria por más de dos goles de anoche, el Levante se ha colocado sexto y el periódico deportivo de toda la comunidad valenciana (da risa solo de leerlo, lo sé; pero es su nombre oficial) ha osado relacionar el nombre del club decano con el compendio de letras que forman la palabra: «Europa». Los habitantes de la Avenida Aragón se han percatado que cada vez que un solo granota menta al viejo continente, el Levante pierde el siguiente partido. El mismo que fue a mirar el precio de las entradas en Rocafort, imaginó ver al Levante darse un paseo por Europa en el justo momento anterior a que Alfonso Pedraza le ganase la espalda a Jason Remeseiro. SuperDeporte, conocedor de este fenómeno para-psicológico, ha decidido explotarlo; y mientras con la mano izquierda ofrece una visibilidad a la altura de los merecimientos granotas, con la derecha arroja polvo de hadas para que el club centenario termine el año ocupando nuestra posición actual: líder del fútbol valenciano.

Roger lleva más goles que toda la delantera chota junta; y estoy tan seguro de ello que ni tan si quiera he mirado la estadísticas, no nos vamos a volver ahora serios, disciplinados y profesionales. SuperDeporte nunca fue nada de eso y vacía los quioscos todos los días. Hace unas horas una pequeña cabra trasquilada publicó un tweet echándole la culpa a Unai Emery no solo de haber dejado escapar a Isco, sino también de no haberse negado a traspasar a Roger al orgullo de la ciudad. El día del derbi esa misma oveja publicó un tweet después de que el pichichi granota hiciese su doblete: «¿Quién es ese matao?»

Para quien no lea este portal regularmente, tras un exhaustivo estudio he logrado detectar que Roger mete un gol de cada tres disparos; tan elocuente como que lleva veinticuatro tiros y ocho goles (y estoy tan seguro de ello que ni tan si quiera he mirado la estadísticas). Por ello cuando Roger, que mete uno de cada tres, depositó en las manos de Herrerín un disparo manso y fácil, un loco en Grada Central, por lo visto lector de este blog, pareció como dirigirse al resto: «Tranquilos, el tercero lo va a meter». El segundo máximo goleador nacional, que mete uno de cada tres, volvió a la carga en el segundo periodo rematando un centro de Toño que lamió el palo, y el loco dijo: «Tranquilos, que la siguiente va dentro.» Salió Herrerín de su portería y fue a parar precariamente al círculo central; Roger, que mete uno de cada tres, practicó el disparo, pero su desplazamiento del balón se frenó antes de llegar al área. La máquina que va recoge los datos del partido solo lo contempló como un pérdida, y yo también. Llegó el tercer momento de Roger, que mete uno de cada tres, y no perdonó. El loco de Grada Central mientras erguía tres dedos de su mano derecha celebraba el tanto y su instinto a partes iguales.

Nada voy a comentar del partido de Morales. Todo quedó bastante claro ayer sobre el terreno de juego.

Jason también se apuntó a hacer un partido escandaloso. El cabrón no solo está en el Levante para hacer caños tal y como yo pensaba. El «tio bueno», palabras vertidas sobre al gallego a su paso por Gol Orriols cuando Paco López deicidio cambiarlo contra la Real, corta balones en fase defensiva y da pases que activan hormonas (Jason a Morales justo antes del tercer gol. En Higlights de YouTube próximamente). Además, hace caños que provocan faltas como la que desembocó en el primer gol. Un gol, el primero, que nos hemos hartado de ver en el Ciutat pero marcado en nuestra portería. Chema, que se creía en su propia área, despejó el disparo de Morales que se marchaba fuera. Pero el Athletic le concedió otra oportunidad al que tiene como ídolo a Fernando Hierro; en esta ocasión, volvió a despejar pero dentro de las redes.

Debutó un rumano con la zamarra del Atheltic Club, pero que la entidad vasca considera de la tierra por haber vivido ocho años de su vida en la ciudad del club. ¿Han visto ustedes algún jugador el Athletic abandonar el terreno de juego en camilla? Ya les adelantó yo que la respuesta es no. ¿Han visto ustedes algún jugador rumano en el Athletic? Espero que haya quedado claro. Ganea, persona non grata en Bilbao desde anoche mismo, hubo de pedir la asistencia médicas después de que Roger le propinase un empujón. Urrutia dimisión.

Campaña ayer hizo un partido que ya le gustaría al nuevo Balón de Oro aspirar algún día a poder hacer. Tampoco es que yo preste mucha atención, pero igual que vi las tres pérdidas de Rochina en diez minutos y he dicho que no iba a hablar de Morales, no vi ni un solo fallo en todo el partido al sevillano. Sabía perfectamente que Roger marcaría si tiraba a puerta por tercera vez y por eso el dio el pase de gol en el tercero; se puso nerviosismo cuando el Atheltic le presionaba; le sacaron la típica amarilla que siempre le sacaban a Lerma; y decidió hacer un pared con el palo, sin embargo nunca jamás le devolvió el pase, el motivo: ya era gol. Por ver jugar a Campaña dormiría seis horas mil veces. Me voy a echar la siesta.