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lunes, 18 de noviembre de 2019

El mejor podio de todos

Sí recuerdo que durante la carrera fui dos veces a mear y unas cuantas más a beber agua. De hecho, también recuerdo que he merendado sobras de la cena de anoche porque la carrera no era especialmente apasionante y me resultaba más entretenido el ejercicio del comer. Lo que bien no recuerdo es la vuelta en la que un humillo blanco ha empezado a salir de bajo la carrocería del Mercedes de Valteri Bottas. El indudablemente finlandés condujo su averiado monoplaza lentamente por el circuito brasileño de Interlagos hasta que encontró un lugar idóneo para amollar el buga. Entonces una pequeña comitiva de comisarios de pista brotaron de detrás de los guardarraíles y empujaron al millonario bólido a fuera del circuito. Tras unos minutos de bandera amarilla, Max Verstappen consolidó el soberbio repasito que le estaba propinando a Hamilton con su octava victoria en la Fórmula 1. Charles Leclerc defendió con alerones y suspensiones (uñas y dientes) la cuarta plaza para dejar atrás a Albon. Magnussen no merece estar en la Fórmula 1. Y Carlos Sainz culminó su excelente remontada desde el fondo de la parrilla con un noveno puesto que, para el caso, no está nada mal en su particular pelea desnivelada con Pierre Gasly para a ver quien consigue ser el séptimo clasificado cuando se corra el telón en Abu Dhabi.

O eso es lo que hubiese pasado si no llega a ser porque los comisarios lían la marrana con el coche de Bottas, el Mercedes queda anclado al suelo, llaman a la grúa y automáticamente Michael Massi hace salir al Safety Car. Total que con el Bernd Maylander (conductor del coche de seguridad) dando vueltas sobre la pista sudamericana, hubo quien interpretó las circunstancias como las mejores para despojarse de sus viejos neumáticos. Verstappen entró a boxes para obligar a Hamilton a quedarse en pista, si es que quería ganar la carrera. Leclerc también entró a boxes para tratar de subirse al cajón. Y Sainz y Grosjean, cuarto y quinto piloto con neumáticos desgastados, prefirieron jugar con una estrategia distinta a escalar desde la cola con neumáticos ligeramente más jóvenes; o eso es lo que pensó Carlos, porque Grosjean ni se dio cuenta del incidente de Bottas pues con el Safety Car en pista iba tan rápido como podía.

La innecesaria intromisión del coche de seguridad al Gran Premio, se volvió del todo innecesaria cuando con coche de Bottas apartado de la pista, la carrera permanecía congelada. Las mentes que componen la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) no solo piensan en inglés, sino que también le ríen las gracias y los dramas a Luisito. Con una tropa de caníbales enloquecidos calzados con nuevos compuestos tras él, al que más le convenía que el Safety Car se marchase tan tarde como fuese posible era al seis veces campeón de mundo (y a Carlos) y el TeamLH alargó el régimen de coche de seguridad hasta el escándalo. Sin embargo, todos estos ridículos esfuerzos se diluyeron cuando Morritos Verstappen le arrancó las pegatinas, los pendientes y los campeonatos mundiales a Hamilton al final de la recta de meta nada más reanudarse la carrera.

Quien también adelantó nada más reemprenderse la prueba fue el piloto madrileño Carlos Sainz, concretamente adelantó al taxista francés más rápido del lado izquierdo del box de Haas. A día de hoy, la única diferencia entre Hamilton y Grosjean es que uno es negro y el otro es francés. Quien también vio decrecer su status en la carrera fue el cuatro veces campeón del mundo Sebastian Vettel, al que le robaran la cartera por el exterior de las eses de Senna, el artífice fue el thailandés Albon; los intentos de Vettel por revertir la situación acercaron a Leclerc a la zaga de su compañero de equipo. El de Mónaco vio el podio muy cerca. Los pilotos de Ferrari trazaron las primeras tres curvas en paralelo, provocando que su jefe Binotto contuviese la respiración; Vettel parecía progresar por la parte exterior de la recta trasera; Binotto respiró al ver que sus coches iban a llegar separados a la frenada, y justo en el ese momento, Vettel gira el volante, los coches se besan en el roce más sutil que he visto nunca y a fer la mà los dos. Clin, clin caja para Carlos Sainz que pasaba de séptimo a quinto.

Aguantar la posición con unos neumáticos mucho más viejos que los de tu rival no es tarea fácil, aguantar esa misma posición con esos mismos neumáticos desgastados y con los dos Alfa Romeo a la espalda (un melón en las curvas, pero el coche más rápido del campeonato en recta) no es oficio ni de taxistas, ni de hexacampeones. Ya quisiera Magnussen tener los fundamentos defensivos de Carlos Sainz para no tener que hacer el puto guarro en cada curva. Siete vueltas de resistencia después el piloto madrileño calentaba los neumáticos tras el Safety Car en quinta posición; pero para su desgracia (luego sería pero por suerte) Lewis Hamilton le metió un tiro en el pie a Mercedes, otra puta vez, y entró a boxes a cambiar neumáticos y ponerse cuarto. Quedaban cuatro vueltas de Gran Premio y muchos trozos de Ferrari que retirar de la pista, pero llevarse por delante la parte de coche que le faltaba a Vettel es mucho menos peligroso cuando Hamilton necesita que se vaya el Safety Car. Tonto de mi, cogí el móvil para votar a Carlos como mejor piloto de la carrera, pensando que se acababa, cuando Bernd Maylander entró a boxes. Y va y Carlos se duerme en el reinicio... Raikkonen llegó a adelantar a Sainz a la salida de la sección de las curvas 4 y 5, pero el español no dio su brazo a torcer y acortó la trazada de la curva seis para defender la posición, otra puta vez. Luisito Jamilton, que ya había pasado a Gasly, perseguía a Albon y pecó de novato ansioso, solo cinco curvas después de Sainz afianzase la quinta plaza, cuando decidió que lo mejor para ganar la carrera sería llevarse por delante a Albon. Con el Red Bull en contra dirección y con el alerón de Hamilton colgando, vi el podio muy muy cerca. Pero, cosas de la Fórmula 1: uno ligero toque manda a los dos coches al garaje; pero un atropello de Hamilton, le permite al británico no solo seguir en pista, sino ir más rápido que el resto con parte del alerón repartido por la pista.

Carlos iba cuarto y al entrar en la última vuelta había abierto el hueco suficiente para que Kimi permaneciese a su cola. Hamilton, seguía siendo pesao con Gasly (a los mandos de un Toro Rosso) y entraron en la última curva en paralelo; los mecánicos del piloto francés, optaron por ver esos metros del Gran Premio desde el box, porque si salían al muro quizás les abofeteaba la sorpresa de que Hamilton había superado a su piloto; pero cuando vieron que su segundo puesto era irremediable corrieron por el pit-lane para felicitar a Gasly desde las vallas y celebrar que el francés es mucho mejor piloto con un coche mucho peor, pero sin tener que compartir box con Maximiliano Morritos Verstappen.

Total que va Hamilton y nada más salir del coche dice que debe ser sancionado, y justo antes la FIA dice que va a esperar a que Hamilton declare para emitir una sanción o no. El deporte más veloz del planeta, relativiza su velocidad cuando intervine Hamilton. Carlos marchándose al motorhome y Hamilton diciendo que debería subir al podio. Más de lo mismo de Hamilton en rueda de prensa, más de los mismo de Hamilton a los micrófonos de todo el mundo y la FIA decide seguir esperando. Va Hamilton a declarar al cuartito de cámaras de la FIA y dice lo mismo que llevaba diciendo de que se bajó del coche y a todo esto la FIA diciéndole: "Pero no, hombre, no, tú tenías el interior de la curva. Albon tenía más pista a su derecha"... Un tira y afloja para darle el podio a Hamilton. Finalmente, los mandamases de las carreras no consiguen convencer a Hamilton de que él lo había hecho bien y el resto de pilotos mal y decide poner un sanción de cinco segundo a Hamilton. Carlos Sainz sube al podio; o eso sería lo normal, ¿no?, se inicia, entonces, una larguísima espera porque McLaren, con excelente criterio, no quiere celebrar el podio porque la misma FIA inició una investigación en mitad de la carrera porque "algunos pilotos" habían utilizado el DRS bajo régimen de banderas amarillas por la avería de Bottas y, lamentablemente (o no), Sainz estaba en ese grupo de "algunos pilotos".

El caso es que el resto del paddock estaba recogiendo y McLaren esperando a ver si le daban el podio o qué cojones pasaba. Movistar saca las imágenes de Carlos Sainz abriendo el DRS (y cerrándolo) y resulta increíble como con una prueba tan sumamente clara, aún te puedes esperar lo que sea de la FIA. El mánager de McLaren se harta de esperar y va a la FIA a montar el pollo; y en la FIA le preguntan por qué no estaba celebrando el podio; McLaren responde que porque Carlos Sainz estaba siendo investigado; investigado, ¿de qué?; hombre del DRS en banderas amarillas; ¿Ah, sí?; Si vuelta 57, a las 19:15 UTC, Bottas abandona, sale las banderas amarillas (explicación); Ah, vale, vale, vale, déjame mirarlo; (Espera); Uy, pues mira, tengo ya el ordenador apagado y cuesta mucho de encender... emmm... os damos el podio, ¿vale?; (palabras de celebración en inglés) ¿Y esa copa y esa botella de champán vacía?; Ah, claro, ya sé porque venís, es que Hamilton lo ha dejado aquí para Charles Leclerc... espera ese el de Ferrari, quiero decir Charles el vuestro, Charles Seat creo que se llama.

Albert Fabrega, que esperaba la salida del mánager de McLaren, grita por el micro: "Hay podio, hay podio, hay podio para Carlos Sainz". Noemi de Miguel que oye todo lo que Fabrega dice, se lo transmite a Carlos y explota en júbilo, júbilo británico, el motorhome de McLaren. Pinta de Estrella Galicia en mano, Carlos, su equipo y la nube de periodistas se marchan al podio dispuestos a subirse. Le dan el trofeo (Heinekein), le dan la botella de champán. Que pum, que pam, que pim, que pom y centésimo podio de automovilismo español; el mejor de todos. Salía último.