Escapatorias |
Todo se empezó a torcer, sin embargo, en los primeros metros, cuando el
Huski Chocolate |
Con Sebastian ya delante de los McLaren, pero sin poder reducir la distancia que le separaba de Max Verstappen, la carrera vino a menos. El apalanque era real. Y mi ojo estratégico, fiel compañero en carreras de dudoso divertimiento, se fijó en Kimi Räikkönen y Nico Hülkenberg, que eran los pilotos con neumáticos duros que más adelante se situaban en la clasificación. Y su estrategia inversa hubiese tenido el efecto deseado si no llega a ser porque tras el alerón trasero de su Alfa Romeo, el piloto finlandés alzó un muro tanto ancho como el circuito. Negado Hülkenberg tras la estela del campeón del mundo del 2007, no pudo ni adelantarlo en la parada en boxes ya que Kimi lo hizo primero. Por tanto, la estrategia inversa se diluyó cuando Kimi y Nico salieron del boxes en la posición que ya ocupaban antes.
No voy a engañar en este blog, nunca lo he hecho y no me gustaría que esta fuese la primera vez. La carrera se animó, cierto es, cuando Ricciardo se puso a jugar al ajedrez con Gasly y lo adelantó valiéndose de unos neumáticos más calientes tras la parada en boxes. El baile en boxes, ya que sale el tema, estuvo entretenido. Hamilton intentó animar la carrera por radio llorando porque temía no llegar al final de la carrera con esos neumáticos, pero el teatrillo cesó porque, o bien Hamilton se dio cuenta de que nadie le creía y paró, muy poco probable; o bien Mercedes silenció la radio como yo hice con Lobato, muy probable; o bien la FOM no puso más radio de Hamilton para evitar que se reeditase la bochornosa tomadura de pelo que Hamilton nos propinó en Mónaco, la menos probable de las tres. En caso es que, y aquí no es donde no puedo mentir, me dormí. Sí, me dormí. Me desperté unas vueltas más tarde cuando mi padre obligó desde el sofá de casa a que Grosjean le devolviese la posición a Ricciardo tras adelantarlo cortando una curva. La radio de Romain se activó, pero no quité el silencio de la tele, sabía que ese narizota se iba a quejar de que lo había pasado.
De repente miré la clasificación de la carrera y Lance Stroll marchaba sexto. La parte racional de mi ser pensaba que el canadiense no había parado todavía en los boxes; pero claro, me había dormido y tal vez me hubiese perdido algo importante. Me empecé a preocupar seriamente con el realizador empezó a regodearse con planos del monoplaza rosa: «Espérate que aún queda este tío delante de Sainz». Stroll paró entre sus mecánicos una vuelta después; el universo se reequilibró.
Del sobresalto de Stroll a uno mejor todavía: Graining en los neumáticos de los Mercedes y vuelta rápida de Leclerc. Faltaban unos veinte o quince giros y, solo quizás, Marc Gené tenía razón. La carrera se ponía interesante hasta que el
Pobre Grosjean |
Volvamos a los verdaderos pilotos, Lando Norris parecía ver la orilla cuando a medio circuito de la conclusión defendía la séptima plaza. Tras él Ricciardo, Raïkkönen y Hülkenberg, seguía detrás de Kimi, se hubiesen quitado los pelos del pecho con bandas depilatorias por adelantar a Norris. Ricciardo lideró el grupo y Norris pasó a cerrarlo en la maniobra del Gran Premio. Pero la FIA (Fédération Internationale de l’Automobile ) ya se encargó de embarrar la situación añadiendo cinco segundos, en dos ocasiones, al tiempo final de Ricciardo por: «exceder los límites de la pista». Luego se aplaude la valentía de Verstappen por mantenerse en pista, pero echar fuera a otro o se permite que Magnussen defienda su posición como si estuviese en el modo online del F1 2019; pero cuando Ricciardo frena un poco más tarde de lo que lo hizo el sábado en clasificación, arriesgando únicamente su propia trazada, aprieta los dientes para volver a pista y metros después se inventa un adelantamiento a Räikkönen a un dedo del guardarraíl y por donde nadie se lo esperaba lo sancionamos porque somos unos mierdas. Me estoy calentando. Fédération Internationale de l’Automobile , si no querías que Ricciardo no intentase un adelantamiento por fuera de la pista haber puesto una pedazo de césped y verías como no se hubiese salido; las escapatorias en azul y rojo para la foto de Instagram explicando su doble grado de rugosidad queda de intelectuales, pero si le dais un palmo de asfalto pintado a un piloto de Fórmula 1 luego nos os quejéis cuando lo use para avanzar una sola posición. Quizás convendría competir en circuito auténticos y no en pistas de pruebas, sin gradas, pero con un gorila en el trofeo y líneas azules y rojas en las escapatorias. Aunque pensándolo mejor prefiero que hundáis en la miseria a circuitos en Abu Dhabi, Vietnam y Corea antes que le pongáis bananas disuasorias a las chicanes de Magny-Cours.