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sábado, 24 de noviembre de 2018

Roger, Manolito y a campeonar

Este partido con Morales, lo perdemos; estoy segurísimo. En GradaCentralAlta nunca fuimos soldados de José Luis. Hoy antes de empezar el partido, estaba especialmente feliz porque por fin iba a poder ver jugar al Levante sin querer arrancarme las pestañas una a una cada vez que a Morales le diese por imitar a Diego Armando Maradona. Solo Muñiz, y en las horas más bajas del comandante, tuvo cojones a dejarlo en el banquillo. Largo invierno para la pareja de granotas (con suerte seremos tres) que no estaría todo el día cagando si tuviese el culo de Morales. El Pelao de Silla, en su interminable sabiduría, no sentó a Morales porque, otra cosa no pero, tiene dos dedos de frente; más bien fue la concatenación de cinco amarillas la que me envió a casa por el Black Friday el regalo de su ausencia.

En el primer gol, la pelota en lugar de a Coke hubiese llegado a Morales y hubiera tratado de regatear hasta al recogepelotas del otro fondo. Evidentemente, solo hubiese levantado el <<mecachis en la mar>> tras el primer recorte errático. Y en el segundo, o hubiese caído en fuera de juego, o hubiese intentado un regate en lugar de disparar, o la hubiese perdido en la jugada de antes, o hubiese forzado un corner.

Morales afortunadamente no jugó, pero tampoco jugaron ni Campaña ni Postigo y a esos sí los lloré. Una patada menos y un pase más no hubiera estado demás en el centro del campo. La cara de psicópata de El psicópata montenegrino transciende más allá de la apariencia. Independientemente de que el yugoslavo ya contase con amarilla, la entrada que le propinó al mañico azulgrana mereció, por sí sola la roja. Ni a un choto se le puede entrar así. Sin embargo, el mediocre gremio arbitral con el que nuestro país fue agraciado, nos sostuvo con los once jugadores sobre el terreno de juego; motivo más que suficiente como para terminar el partido rodeando a Estrada Fernández, pero sobretodo para rodear también al loco más caro de la historia del Levante. Vuchevich se puede volver por donde quiera que vino. A diez minutos del final debutó Fran Manzanara y jode ver como en tu propia casa tenías un chaval, más joven, más barato, más bueno y más guapo.

No creo que haya sido el mejor partido para ninguno de los tres de atrás.

El Huesca supo hacernos daño a balón parado, pero primero Echeita infringió la regla del fuera de juego y después obstaculizó a Oier en su labor de parar balones. Ya que me sacáis el tema de Oier: aquí tampoco se ha lanzado ninguna piedra a favor de Oier en ninguna guerra en la que él formase parte. Pero el de ahora no es un mal momento. PARTIDAZO DE OIER. El mejor de los nuestros, ésto habla del partido.

En cualquier caso, no porque le anulasen un gol el Huesca iba a dejar de hacer lo suyo y Rivera metió un gol que sí estaba mereciendo su equipo. Ese chaval, en esa posición y con ese apellido... tiene futuro. Reaccionamos mínimamente: creo que también fue Rivera, a la limón con Roger, quien estampó la pelota contra el larguero a la salida de un córner. Roger, que mete uno de cada tres tiros, engañó al portero de apellido indescriptible, con un movimiento de rodilla que da entre gusto y escalofríos al verlo, pero la pelota acabó chocando con su mano.

El cabrón de Roger, que mete una de cada tres, gira el cuello como gira la rodilla. En la última jugada de la primera parte batió al guardameta y a su apellido con un cabezazo inapelable. Roger le da de cabeza mejor de lo que cree. Caicedo, me pongo en pie, metió en toda la temporada solo tres goles más. Aquí sí bancamos a Roger.

Coke Andújar hizo un partido como los que suele hacer Morales, con la única salvedad que hizo tres cosas bien. La primera fue un cambio de juego por el que merece el balón de oro. La segunda fue la asistencia a Roger. Mientras tanto, hizo en banda derecha un falta innecesaria, que terminó en gol porque no supo interpretar que la pelota caería a su espalda. Echeita no perdonó. Perdió un par de balones más y me entraron ganas de quitarme algunas pestañas. Pero hizo un control orientado en el aire por que el debería merecer el balón de oro del año que viene; la jugada derivó en un pase bien filtrado a Jason, que no estaba en fora choc; Boateng aprovechó la descarga del gallego y encañonó su disparo al fondo de la red. Segundo gol que mete Manolito con el portero bajo palos. El linier alzó la bandera un poco antes de que chutase Boateng. Y cuando el árbitro señaló el centro del campo, los oscenses se hicieron los locos. Que si trallón no vale, que si se habían desconcentrado, que si si no hubiese pitado hubieran ido con la velocidad de Oliver Aton a despejar la pelota y demás milongas que al buen colegiado de Estrada Fernández le entraron por un oido y le salieron por el otro; no así las instrucciones del VAR.

Un buen partido de fútbol que no merecimos ganar pero que sobretodo el Huesca no mereció empatar. Y que de no haber habido VAR hubiésemos palmado tres a uno.

lunes, 12 de noviembre de 2018

Maximiliano Ferstappen

No creo que bueno llegue nunca a definir al circuito de Interlagos; uno de los mejores ya se va adhiriendo más al escenario en donde Felipe Massa perdió el campeonato de 2008 en la última curva de la última vuelta. El magnífico trazado situado en los arrabales de la extensísima ciudad de Sao Paulo cuenta con varias curvas de amplio radio, dos largas rectas, una rápida chicane y un constante sube-y-baja como carta de presentación. No creo que se puede pedir más a un circuito de carreras. El asfalto sudamericano divide entre hombres y niños, y Max Verstappen estaba sabiendo bailar entre sus giros. Conduciendo, muy posiblemente, el vólido más rápido y acompañado de la mejor estrateagia, el neerlandés avanzaba disparado hacia una nueva victoria. Sin embargo, la Fórmula 1, de vez en cuando, nos regala golpes de teatro prácticamente inverosímiles. El francés Esteban Ocon, a los mandos de su Force India, ocupando la decimocuarta posición y con ligeras posibilidades de puntuar, entró a concurso.

Tomando como referencia las palabras de Ocon y añadiendo un par de puntadas de lógica puede llegar a entenderse que lo que ocurrió fue lo siguiente: Max, el líder de la carrera, adelantó a Esteban mientras este último realizaba su pit stop. Al salir el francés de la calle de boxes con sus neumáticos recién extraídos de las mantas, calentitos y pegajosos y propensos a agarrarse al alquitrán por muy rápidos que su piloto los pusiese, comenzó a marcar mejores registros personales, hasta que se cruzó con Verstappen, más lento que él pues ya se encontraba en un modo que ayudaba al ahorro recursos. Esteban Ocon responde al carácter de ese bicho raro que conocemos por piloto de Fórmula 1, que sonríe cuando ve 350 km/h en su volante y que peca de egoísta cuando el líder de la prueba puede entorpecer su batalla por ser décimo. Es entonces cuando Ocon pregunta a su ingeniero: "¿Puedo desdoblarme?", el ingeniero sabe, primero, que diga lo que diga su piloto va a intentar desdoblarse y, segundo, que el reglamento no lo prohíbe (y espero que nunca lo prohíba). Sobre un lado de la balanza de Ocon pesaba el riesgo de manchar su conciencia por privar a un compañero de la victoria, pero al otro lado las opciones de poder pasar a ser décimo, desequilibraban. El de Force India decidió que el adelantamiento sería allí donde, con anterioridad, sus intentos hubieron tenido éxito, y ejecutó su plan. Ambos pilotos se encontraron rueda-a-rueda en el punto medio de la citada chicane rápida, cuando la insistencia de Ocon y la tozudez de Max por no ceder ni una sola décima chocaron. Verstappen terminó segundo y Ocon decimocuarto (stop&go, incluido).

Esteban Ocon redujo a añicos la prometedora primera plaza de Verstappen y recibió su correspondiente y merecida sanción. Muy seguramente Ocon asumió esa responsabilidad en el momento en el que pisó el freno un par de palmos más allá de donde lo hizo el sábado al mediodía en su vuelta de clasificación, pero quizás también pensó que Verstappen vería el peligro vestido de rosa en sus retrovisores. La mirada desafiante del exponente de la marca RedBull al salir de su monoplaza ofrecía mucho más discurso que mil palabras. Aquello no se terminaría allí. Verstappen buscó y encontró a Ocon, y cuando se cruzaron sus miradas, no solo tuvo a bien reprocharle la acción sino que le empujó por una, dos y tres veces. Momento en el que la conciencia de Ocon se volvió esfera y se quedó sin aristas.

Verstappen, aún sin calmar, entró en el ante-podio. Kimi le preguntó por lo sucedido y comenzó a colocar una palabra tras otra. Sin embargo, Lewis Hamilton, quien secundó la aparición del neerlandés, puede que viese en el joven piloto de Red Bull el reflejo de aquel brillante piloto británico con muchísima proyección y temperamental que mandó al garete un campeonato mundial por arañar dos centésimas a la entrada del pit-lane de China. El ya cinco-veces campeón, tan espiritual como se muestra tanto como puede, quizás pensase que era buen momento de hablar con su yo de once años atrás a través de Verstappen: "Él tiene derecho a desdoblarse y no tenía nada que perder y tú podías perderlo todo." fue entonces cuando la fiera hizo un amago de amansamiento. Si Verstappen es listo sabrá asimilar el consejo, y no dudo de la inteligencia de un futuro campeón del mundo de la Fórmula 1.

miércoles, 7 de noviembre de 2018

La cara de Borja Iglesias

Tiempo atrás en este portal de Internet, si es que esto merece llamarse de alguna forma, se dijo tajantemente que a Borja Iglesias se le estaba poniendo cara de Álex Geijo. Y se hizo dicha comparación porque el ariete nacido en Suiza, pichichi con el Xerez, delantero en el peor Levante en primera y de nuevo pichichi con el Levante, solo servía para meter goles en la división de plata. Algo similar se lleva diciendo o, mejor dicho, se llevaba diciendo de Roger Martí: mete-goles allá donde ha estado, pero que se quedó a dos velas antes de que Rubí lo cediese en Navidad a segunda división, momento en el cual se volvió a hinchar a meter goles, por supuesto. Borja Iglesias arrastró al Real Zaragoza hasta el play-off de segunda división a base de meter goles como un condenado, y el Espanyol, que en este mercado estival ha bombardeado todo lo que ese movía y olía a plata, estaba loco enrolarlo en sus filas.

Cierto es que el amigo Oso Panda, no es mio pero admito que es acertado, no me cayó muy bien desde el día en que Levante y Zaragoza echaron una pachanga en Teruel con Muñiz en el banquillo. El delantero blanquiazul, que parecía haber sido solo fichado porque tiene que agachar la cabeza cada vez que entra en un ascensor, no paró en todo el partido de darse de hostias con los defensas. Parecía que como no era lo suficientemente bueno tenía que jugar al fútbol de otra manera para poder ganar. A parte, su cara de choto me hace la sangre hervir cada vez que lo veo. (He estado investigando un poco después de ésto y Borja Iglesias jugó en infantiles y en cadetes en el Valencia. No falla.) Nuestro querido Borja no hizo su mejor partido contra nosotros en Barcelona; falló dos-tres que un goleador no se puede permitir mandarlas fuera, y, en ello, yo vi la oportunidad de vengarme de aquella tarde en Teruel y de las facciones de su cara.

Rubí ha dado con la clave para hacer volar a un equipo: un estilo de juego claro y un puto killer que lo meta todo, y en la mayoría de los casos lo primero hasta sobra. El Espanyol sabe a lo que juega, y para triunfar en el Levante a Rubí solo le faltó una defensa con un par de cojones y que la mafia no tuviese tan buen arraigo en Granada. Si Rubí hubiera estado a los mandos del Levante en la 2017-2018 en primera... no hubiéramos secuestrado la segunda división con Muñiz y PacoLo no se habría cruzado en nuestro camino.

A diferencia que el promedio de españoles que habita en este planeta, Borja Iglesias está más cerca de los dos metros que de uno sesenta y, este axioma de los españoles bajitos no es un excepción en los delanteros del país de Raúl González Blanco. Ganamos un mundial con Xavi (1,70), Iniesta (1,71), y Silva (1,70) y nuestro killer fue el ex-barcelonista, ex-sportinguista, ex-zaragocista y ex-colchonero David Villa (1,75); el pino, lo llamaban en el vestuario. De esa selección que nos coronó, dando de comer a parte a Fernando Llorente, solo había uno que podía mirar por encima del hombro al resto y ese ha solicitado la baja después de hacer el ridículo pidiendo un taxi en un córner como último servicio. Con todo ello, quiero decir que la figura de Borja Iglesias, delantero tanqueta, es excepcional por estas latitudes. La roja no aspira a otro como él y la próxima semana hay partidos de selecciones. Hace dos días Borja Iglesias mojó y con su gol hizo ganar a su equipo el partido y acrecentó su cuenta particular a seis goles. Que son los mismos que ya tenía Roger y Roger, además, encaja más en La Roja. Roger Selección.

domingo, 4 de noviembre de 2018

Mi puto yunque; sí, joder

He necesitado todo el tiempo que llevo vivido para catarme de que me encanta no ganar. Al menos, de una forma tan continuada. Me estaba dando ya pereza el hecho de ir al Ciutat el viernes que viene con cinco partidos seguidos ganados, la sombra de JIM y Juanlu persiguiéndonos, el puesto Champions League y la absurda exigencia/necesidad de ganar. Tanto ha sido así que por casi celebro el gol de Pedraza, pero la cantidad residual de amor propio que queda en mí me ha hecho retraerme. Nunca un empate me había sentado tan bien desde el gol, también en el último minuto, de Leo Baptistao, el día en el que el indudablemente asturiano nos perfumó con la postrera gota de su fragancia; Si bien, aquella mañana me alegré por motivos muy muy diferentes.

Por lo que parece soy el único que no se está tirando de los pelos con ese último gol (el chiste con PacoLo sale solo). Los granotas lo hacen por el inherente impulso que recorre tu cuerpo al ver como te levantan dos puntos en el última jugada, los del submarino por seguir sufriendo a Calleja. Campaña (luego iremos a él) salió ovacionado de El Madrigal y no, no era nuestra representación en la aldea, sino agradecimiento dels groguets per manar a Calleja a fer la mà. Un abuelico detrás de la portería de Oier le gritó a Róber: "Pero éntrale, hombre." Roberto le dejó pasillo, el de un avión de Ryanair concretamente, y Alfonso coló un golazo con dedicatoria especial a la afición que no solo tuvo que aguantar su gol inoportuno sino también su rabieta de niño mimado.

La chorra de Campaña ya ha llegado a casa. Y le ha dicho a su mujer que vaya cenando que José llegará cuando llegue. El amigo controló un melón en su propio campo se fue de dos con un regate que en el FIFA siempre te la quitan, le metió el cuerpo a Jaume Costa (hoy uno de nuestros mejores jugadores) le coló un caño a noséquien pero que iba de amarillo. El loco de grada central dijo: "Tira a puerta que la metes", pero Don Pepito siempre tan dado a ignorar a esta gente le metió un pase a Morales que habrá que comprobar sino ha infrigido el horario protegido de las cinco de la tarde. Quien recibiese ese pase por favor. Morales, desaparecido como de costumbre, reapareció por dos veces: la primera conectó con Mayoral y Asenjo se la paró, la segunda también conectó con Mayoral pero Funes Mori se interpusó. Si eres de este planeta el gol es en propia puerta, si eres del Madrid: ¡Ha nacido Vinicius!

Campaña invirtió su último esfuerzo en correr a tres piernas por el césped y pidió el cambio. PacoLo se vió obligado a meter a Doucouré y Coke se quedó en el banquillo y Jason en el campo, Pedraza le cogió la espalda, Róber no salió y el resto ya lo conocéis. Más noticias buenas que malas. El yunque no está ligado con el destino ni nada de eso, solo estaba agazapado o de vacaciones, pero es igual; ya está aquí. El enorme pedazo de hierro que nos a acostumbrado a traer por el camino de la amargura (ascensos incluidos) está de vuelta. Bienvenido de nuevo.