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domingo, 20 de mayo de 2018

Tancat per vancanses

El Levante Unión Deportiva está oficialmente de vacaciones. Hasta ayer, el Levante era el único equipo que se paseaba por los estadios de la geografía española sin portar el cartel que esta entrada titula. El Levante era la oposición a la holgazanería en España, como no ser gordo en los Estados Unidos de América. El primer equipo en tomarse unas vacaciones esta temporada fue el Málaga, que según mis espías siguen en las del año pasado. El segundo fue el Real Madrid Club de Fútbol: jornada 2, en el Bernabéu, Madrid, 2 - Valencia, 2, con goles de Asensio y dos chotos, y con una escopeta de feria francesa en la punta del ataque. Los equipos, poco a poco fueron cayendo en las plácidas garras de las vacaciones con el paso de las semanas. El Atleti pasó a verse broncearse en la playa cuando el Cholo dijo: "Messi tiene la camiseta del Barcelona y no la del Atleti", el Barcelona también. El Sevilla, más concretamente, desde que hicieron incar la rodilla al Manchester United en Old Trafford. El Betis, a pesar de tener al niñato de Joaquín, aguantaron sin vacaciones hasta las últimas tres jornadas. Aguantó sin vacaciones el Betis, porque mientras escribo ésto, el niñato ya ha concedido tres entrevistas a Bertín y grabado cinco videoclips con los que mañana abrirá Deportes Cuatro. Por su parte, el Valencia, según SuperDeporte, va a pelear cada punto que quede en juego por la afición, va a pelear hasta los amistosos de pretemporada de Julio. A nosotros, en los círculos de intelectuales de la Liga Española, nos comenzaron a llamar "mes de Agosto", porque cada semana mandábamos a uno de vacaciones: primero fue el Getafe de navajazo al riñón Bordalás con gol de Coke Andújar, después el Gerona de Pablo Machín con gol de José Luis Chupón Morales y, por último, la Unión Deportiva Las Palmas del impresentable de Jémez con golazo de José Gómez Campaña.

Y el Levante, no obstante, parecía querer seguir cotizando a la Seguridad Social hasta que el amigo Ricardo de Burgos Begoetxea pitara: "hasta aquí hemos llegao". Chupón Morales la pasó, el balón le llegó a Rubén Rochina y mirando al palco, puso el balón en toda la escuadra cruzada. Algunos aseguran que realmente, el chico del primer gol, era Bardhi repeinao. Grada Centra Alta ha indagado sobre el tema, como siempre al pie del cañon, y ha tenido acceso a cierta información que asegura que realmente el gol lo metió Enis aunque con el pelo de Rubén. Volviendo al asunto del pase de Chupón Morales, deseo con toda mi alma que algún día el Pelao de Silla hable con Morales y le enseñe que realmente puede ser mucho mejor jugador si después de hacer su regatito de rigor la pasara, mucho mejor de lo que ya es. Es el máximo goleador de la historia granota en Primera División, pero fácilmente, también podría ser el máximo asistente si se lo propusiera. Está en tus manos, José Luis.

JL Chupón tuvo el segundo en sus botas y probablemente la victoria. Su carrera por la banda izquierda fue, como de costumbre, colosal. Lo hizo todo bien, pero cambió una cosa en referencia al primer gol. El Chupón volvió a ser chupón, al pobre Armando Sadiku no se la pasa ni aunque apunten a JL con un pistola. Morales la acabó perdiendo. Y quizás, con aquella acción, el Levante se fue definitivamente de vacaciones. Era el minuto veinte y alguien grito en el centro del campo: "Pishaaaa, que mañana nos vamo a la playa" aseguran que fue Campaña. Lukiç pensaba igual pero el mismo mensaje, en serbio, no cala tan hondo. Ayer en Balaídos se demostró que no se puede ganar un partido sin centro del campo, como en la lógica de todos cabe esperar. Para colmo, la defensa era un coladero interesante: a Cabaco ayer lo embadurnas en ColaCao y a la espalda le pones el 16 e Issam El Adoua y nadie se da cuenta del cambio. Le sacaron amarilla al uruguayo y se perderá, por tanto, el primer partido de la temporada que viene, aunque, claro, habrá que esperar a que finalmente le den la amarilla a Cabaco y no pase como con el gol de Enis y se la den a Issam.

El gol del Celta tenía que acabar llegando. Y llegaron dos, cogiditos de la mano. Los dos fueron un churro. Porque hubo un tiempo en la era en la que el Levante era dirigido por El Pelao de Silla desde el banquillo que solo encajábamos golazos, y aquello fue el pan nuestro de cada día hasta que el amigo Felipe Coutiño emepezó a chutar a los defensas hace una semana, desde entonces solo sabemos recibir churros. Acabar aquella primera parte con empate en el marcador era un milagro que el yunque jamás permitiría. La peña, yo incluido, esperábamos clavar un golito después del descanso y pelear el partido hacia el final, pero... le marcamos cinco el Barsa y ya nos creemos aquí que meter y no encajar es fácil. Issam el Adoua... quiero decir... Erick Cabaco la lió, Maxi Gómez recogió la pelota y Aspas la empujó como Cristiano en sus buenos tiempos. El 3-1 parecía desdibujar cualquier pequeña intención de remontada.. El albanés Armando Sadiku (Albano es un cantante) tuvo el clavo ardiendo en sus botas, pero su periplo en el Levante acabó sin ningún gol, no esperaba muchos. El 4-1 cayó de corner y no fue un churro, casi lo celebré.

Jugó Fahaaaaaaaaad.

Aquello pudo acabar en 6-1, sin que nadie las manos a la cabeza se echara. No obstante, JL, al primer toque, convirtió en gol un excelente envío de José Campaña. Yo pensé en una remontada heroica, pero era la jornada 38 y el mismo asistente del segundo gol estaba ya buscando hotel por Trivago. En aquel momento, me acordé rápidamente del gol bien anulado a Giampaolo Pazzini (otro que se pilló las vacaciones pronto) el arbitraje del amigo Ricardo de Burgos Bengoetxea fue como mínimo lamentable, sin embargo, acertó en una decisión, un reloj estropeado marca la hora bien dos veces al día, y esa decisión, protagonizada por el yunque, fue la de anular el segón gol granota, marca per al Llevant, Giampaolo, Giampaolo, Giampaoloooooooooooooo Pachiiiiiniiiiiiiiiiii. ¡Qué felices fuimos con aquel día contra el Madrid!. Pero vayamos a grano: si usted, querido lector, es un árbitro completamente incompetente e inepto, pero posee la poca vergüenza de abusar de su poder de colegiado para sacar a pasear las amarillas, al equipo visitante, al primer amago de protesta, no se rinda, persista en su trabajo, Ricardo llegó a la élite de fútbol sin, además, saber cómo colocarse en un campo de fútbol para no estorbar la acción. Si, por el contrario, es buen árbitro contacte con Cuarto Milenio, Iker Jiménez quiere estudiar su caso. Nuestro querido frustrado intento de árbitro olvidó los dos acompañantes de su segundo pito, junto a las tarjetas amarillas de los locales, en su casa. Ricardo no estaba dispuesto a contemplar la posibilidad ser abucheado por el respetable a cambio de arbitrar como Dios manda. Pero, en cierto modo, puedo llegar a entender a de Burgos, ¿Quién cojones se va a despertar para ver un Celta - Levante de la jornada 38, los sin jugarse nada, un sábado a la una del medio día? Da igual lo que hiciera, nada se iba a enterar.

Por ir terminando, al final maquillamos el resultado, pero un maquillaje de los que se nota: evitamos ser goleados a la par que rememoramos una de las noche mágicas que el yunque de cuando en cuando permite en el Ciutat. Resulta muy difícil olvidar aquel doblete de Riga Mustapha que valió una permanencia. Levante, 4 - Valencia, 2.


domingo, 13 de mayo de 2018

Los indomables e invictus

Quizás esta noche se recuerde por el hat-trick de Emmanuel Boateng (Cristián, David y Manolo), quizás se recuerde por los tres goles de Coutiño, que hoy se equivocó y se calzó las botas de Messi. Puede que se recuerde por el gol estratosférico del francotirador macedonio, Enis Bardhi, para algunos se quedará este partido grabado en la retina por el penalti, también estratosférico de Boateng, que despejó a un catalán (ah, no que es el Barsa...) que despejó a un Gusiluz en lugar de a la pelota. Seguramente, será recordado por la noche en la que los indomables del Pelao de Silla le clavaron cinco a un Barsa invictus.

Era la jornada treinta y seis, el Barcelona había visitado los campos más dificiles de España sacando cuanto menos un empate: el Santiago Bernabéu, el Metropolitano, el Ramón Sánchez Pizjuán, el Benito Villamarín, Balaídos, Mestalla... (Jajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja. Ya paro, ya paro). En el Camp Nou era un rodillo, y cuando no, Hernández Hernández ya se las arreglaba para mantener el casillero de derrotas culés a cero. En Barcelona solo se hablaba de acabar imbatido la liga, en estas últimas semanas se había nombrado en la ciudad condal a Arsène Wenger más que nunca, y no, no porque abandonara el Arsenal (Por favor, ¿Un catalán pensando en alguien más que en sí mismo? Seamos serios) sino por igualar el registro que el técnico francés consiguió con Henry y compañía hace 15 años. Peeero, faltaba el Ciutat.

En España, desde que Juan Carlos Unzué empezó a hacer manualidades Art Attack por Vigo y desde que Quique Setién coloca tantos defensas como suplentes de campo tiene en su banquillo, solo hay un equipo que juega al ataque. Y ese equipo, lo creáis o no, por muy extraño que parezca, es el Levante Unión Deportiva. Lo escribo y no me lo creo. Este Levante que abre cabezas y vende madres por dar un pase vertical, le clavó cinco goles al Barcelona. Cinco, uno por cada dedo de la mano. Y cinco fueron los necesarios, porque con uno menos, el Barcelona de Ernesto Valverde hubiera mantenido intacta su racha. 5-4. Es sin duda, resultado de un partido jugado en campo de tierra. Algunos abuelicos aseguran haber visto hoy ganar al Levante en el Vallejo. A Paco López le ha faltado nada para poner dos defensas, tres mediocentros y cinco delanteros.

José Luis Morales, en su enésimo ejercicio de chuponería (palabra derivada del adjetivo chupón) sirvió el 1-0 a Boateng, a puerta vacía. Media hora después, Manolito liquidó al guardameta culé, Marcos Andrés, para marcar su segundo gol, a puerta vacía. Porque hasta entonces, nuestro querido Boateng solo sabía marcar si no había portero (Real Madrid, Éibar, Málaga, Barcelona y Barcelona). Felipe Coutiño no estaba por la labor de dejar que la gente disfrutara de un 2-0 al descanso y con la inestimable colaboración de Róber Pier, que desvió el disparo, recortó distancias.

Después del descanso, José Luis Morales la pasó y pedí un deseo: "Que vaya dentro ese balón". El balón se coló entre la piernas de un gusiluz, hoy había unos cuantos en el Ciutat. La pelota le llegó a José Gómez Campaña, y el mismo señor de Grada Central que el día de Las Palmas dijo: "Pero pásala", esta vez dijo: "Pero tira, co***ño". Er maestro que no es amigo de hacerle caso a los locos de la grada dio un pas... una declaración de amor a Enis Bardhi. Le tiró los trastos, las fichas, la caña, el ancla, el barco y la casa entera. El ca***brón de Bardhi la metió por toda la escuadra. Te cagas. Poco después, Boateng demostró que sabía meter gol con un portero bajo palos. Te cagas. Sin tiempo para retomar una secuencia respiratorio corriente, tocó gritar gol otra vez, Bardhi también le pega con la izquierda. Si se lo propone le da con rosca hasta con la del medio.

Orriols nunca creyó en las hadas, nunca ha vivido en sus cuentos (hubo un año que nos metimos en Europa, pero sudor frío de aquellas últimas seis jornadas no nos lo quita nadie.). 5-1, contra el campeón invictus era demasiado para un body granota que digere las alegrías de una en una, y ya llevábamos cinco en una hora. Coutiño volvió a meter gol con ayuda de un defensa, por su supuesto. Luego no sé si vino el penalti de Boateng o el tercero de Coutiño, también con la inestimable colaboración de un defensa. El caso es que el lema de: "Forjados en el yunque de la adversidad" no nos lo apropiamos porque tenía gancho. Antonio Luna casi se mete en propia puerta pero como ya se ha dicho por este blog, la Virgen de los Desamparados es granota. El colega Felipe, se fue de cuatro y tiró a puerta, a poco del final, pero falló en lo más importante: apuntó a portería y no a un defensa, su primer disparo limpio de toda la noche levantó el "ufffff" en el Ciutat aunque la pelota acabara en el parque Orriols. Rubén Rochina tuvo en sus botas el sexto gol, pero su robo/disparo se fue lejos de la portería, ese gol nos hubiera privado de treinta segundos de agónico sufrimiento y el yunque no parecía muy de acuerdo con aquello, nunca lo ha parecido. Patint encara havent marcat cinc.