Si parpadean se lo van a perder porque esto es la Fórmula 1 en estado puro. No es ningún secreto que mi relación con la Fórmula 1 está pasando por una fase tumultuosa, y lleva siendo así ya varias temporadas. Podría nombrar, de manera ordenada en función de mi aborrecimiento, las razones que nos han llevado a
este conflicto, que se está extendiendo como una mancha de aceite, pero no lo haré porque hoy no es el día. La setentaycincoañera, de cuando en vez, regala fines de semana como éste, que hacen replantearme la situación. Víbora zigzagueante que se mueve al ritmo de la música de Aladdín, me mece con sus encantos, susurros y gestos aduladores como un pobre hombre desprovisto de criterio y decisión. Un día te nubla el desencanto, meses después asomas la cabeza, cual pecador, a los entrenamientos de pretemporada y cuando la Fórmula 1, días después, sube un vídeo a YouTube con sonido ambiente de los diez monoplazas rodando por el circuito de Sakhir, dejado caer el medio del desierto, lo que dejas caer es la baba, y hasta el zumbido amortiguado de los V6 turbo-híbridos parecen sonar cada año mejor. Sin que me pudiera dar cuenta, el dueño de este sucedáneo de portal web se estaba organizando el horario de descanso y sueño de este fin de semana pensando en madrugar, primero, y trasnochar, después, para no perder detalle del programa automovilístico del Gran Premio de Australia, aunque finalmente fuese vencido por Morfeo, solo, a la veintena de vueltas de carrera.
Fines de semana, en definitiva, en donde la clasificación, y como consecuencia su preparación durante los entrenamientos, cobran importancia, en donde la salida se vuelve crucial en el desarrollo de la carrera y en donde, especialmente, el juguete roto del DRS pasa a ser, simplemente, un juguete que solo divierte. Y todo esto rodeado por un escenario sin parangón, el mejor del calendario, solo por detrás del sobresaliente circuito de Gilles Villenueve, tan auténtico y singular como el de Albert Park. El espectador con cierta experiencia de los coches caros y con pegatinas puede disfrutar de la excepcional persecución de Piastri a Norris durante gran parte de la carrera o del permanente intento de Lewis Hamilton por avanzar posiciones mientras su compañero, que salía justo delante de él, se había valido de la salida para zafarse de coches más lentos. En una palabra, en la Fórmula 1, los adelantamientos deberían valer tanto como los tres que ha conseguido el debutante Kimi Antonelli, en treinta vueltas y con trompo incluido.
Y los golpes de teatro deberían ser como el de hoy. Pasadas treinta y cinco vueltas, uno se encuentra satisfecho con lo que ve y con lo que ha visto, pero la buena Fórmula 1, esa que más se parece a una película que a una carrera, nunca pierde su capacidad de sorpresa. De repente, Yuki Tsunoda empieza a rodar cada vez más lento y compacta un tren de varios pilotos; Alonso, que es uno de los últimos vagones de ese tren, ve a simple vista el quinto puesto y empieza a apretar, hasta que se sale -dicen que ha sido una montaña de grava-; y todos paran en boxes para quitarse los neumáticos de lluvia, que estorbaban desde hacía vueltas. Cuando pensabas que la aparición del Safety Car, producto de la accidente de Fernando Alonso, había absorbido todo el componente estratégico de la carrera, te calzan una imagen de los dos primeros clasificados, Norris y Piastri, por fuera de la pista. Está lloviendo otra vez. Piastri se queda clavado en la hierba, todo el mundo para en boxes, ¿por qué Tsunoda va décimo segundo?, espera que Ferrari no para, Stroll se pone sexto, Hulkenberg está séptimo, ¿ese de ahí es Piastri dando marcha atrás para reincorporarse? Pasados diez minutos, todavía sigues viendo imágenes -como la de Leclerc en dirección contraria- que no te habías dado ni cuenta. El mismo Leclerc le mete una pasada sublime a Hamilton en la resalida, Antonelli le explica un par de cosas a Albon a 320 km/h y, cuando creías que ningún adelantamiento podía superar al anterior, Piastri pinta en el aire una obra maestra delante del heptacampeón. Belgium 2008 Grand Prix - Last 3 Laps en YouTube. La Fórmula 1 en estado
puro.