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domingo, 13 de mayo de 2018

Los indomables e invictus

Quizás esta noche se recuerde por el hat-trick de Emmanuel Boateng (Cristián, David y Manolo), quizás se recuerde por los tres goles de Coutiño, que hoy se equivocó y se calzó las botas de Messi. Puede que se recuerde por el gol estratosférico del francotirador macedonio, Enis Bardhi, para algunos se quedará este partido grabado en la retina por el penalti, también estratosférico de Boateng, que despejó a un catalán (ah, no que es el Barsa...) que despejó a un Gusiluz en lugar de a la pelota. Seguramente, será recordado por la noche en la que los indomables del Pelao de Silla le clavaron cinco a un Barsa invictus.

Era la jornada treinta y seis, el Barcelona había visitado los campos más dificiles de España sacando cuanto menos un empate: el Santiago Bernabéu, el Metropolitano, el Ramón Sánchez Pizjuán, el Benito Villamarín, Balaídos, Mestalla... (Jajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja. Ya paro, ya paro). En el Camp Nou era un rodillo, y cuando no, Hernández Hernández ya se las arreglaba para mantener el casillero de derrotas culés a cero. En Barcelona solo se hablaba de acabar imbatido la liga, en estas últimas semanas se había nombrado en la ciudad condal a Arsène Wenger más que nunca, y no, no porque abandonara el Arsenal (Por favor, ¿Un catalán pensando en alguien más que en sí mismo? Seamos serios) sino por igualar el registro que el técnico francés consiguió con Henry y compañía hace 15 años. Peeero, faltaba el Ciutat.

En España, desde que Juan Carlos Unzué empezó a hacer manualidades Art Attack por Vigo y desde que Quique Setién coloca tantos defensas como suplentes de campo tiene en su banquillo, solo hay un equipo que juega al ataque. Y ese equipo, lo creáis o no, por muy extraño que parezca, es el Levante Unión Deportiva. Lo escribo y no me lo creo. Este Levante que abre cabezas y vende madres por dar un pase vertical, le clavó cinco goles al Barcelona. Cinco, uno por cada dedo de la mano. Y cinco fueron los necesarios, porque con uno menos, el Barcelona de Ernesto Valverde hubiera mantenido intacta su racha. 5-4. Es sin duda, resultado de un partido jugado en campo de tierra. Algunos abuelicos aseguran haber visto hoy ganar al Levante en el Vallejo. A Paco López le ha faltado nada para poner dos defensas, tres mediocentros y cinco delanteros.

José Luis Morales, en su enésimo ejercicio de chuponería (palabra derivada del adjetivo chupón) sirvió el 1-0 a Boateng, a puerta vacía. Media hora después, Manolito liquidó al guardameta culé, Marcos Andrés, para marcar su segundo gol, a puerta vacía. Porque hasta entonces, nuestro querido Boateng solo sabía marcar si no había portero (Real Madrid, Éibar, Málaga, Barcelona y Barcelona). Felipe Coutiño no estaba por la labor de dejar que la gente disfrutara de un 2-0 al descanso y con la inestimable colaboración de Róber Pier, que desvió el disparo, recortó distancias.

Después del descanso, José Luis Morales la pasó y pedí un deseo: "Que vaya dentro ese balón". El balón se coló entre la piernas de un gusiluz, hoy había unos cuantos en el Ciutat. La pelota le llegó a José Gómez Campaña, y el mismo señor de Grada Central que el día de Las Palmas dijo: "Pero pásala", esta vez dijo: "Pero tira, co***ño". Er maestro que no es amigo de hacerle caso a los locos de la grada dio un pas... una declaración de amor a Enis Bardhi. Le tiró los trastos, las fichas, la caña, el ancla, el barco y la casa entera. El ca***brón de Bardhi la metió por toda la escuadra. Te cagas. Poco después, Boateng demostró que sabía meter gol con un portero bajo palos. Te cagas. Sin tiempo para retomar una secuencia respiratorio corriente, tocó gritar gol otra vez, Bardhi también le pega con la izquierda. Si se lo propone le da con rosca hasta con la del medio.

Orriols nunca creyó en las hadas, nunca ha vivido en sus cuentos (hubo un año que nos metimos en Europa, pero sudor frío de aquellas últimas seis jornadas no nos lo quita nadie.). 5-1, contra el campeón invictus era demasiado para un body granota que digere las alegrías de una en una, y ya llevábamos cinco en una hora. Coutiño volvió a meter gol con ayuda de un defensa, por su supuesto. Luego no sé si vino el penalti de Boateng o el tercero de Coutiño, también con la inestimable colaboración de un defensa. El caso es que el lema de: "Forjados en el yunque de la adversidad" no nos lo apropiamos porque tenía gancho. Antonio Luna casi se mete en propia puerta pero como ya se ha dicho por este blog, la Virgen de los Desamparados es granota. El colega Felipe, se fue de cuatro y tiró a puerta, a poco del final, pero falló en lo más importante: apuntó a portería y no a un defensa, su primer disparo limpio de toda la noche levantó el "ufffff" en el Ciutat aunque la pelota acabara en el parque Orriols. Rubén Rochina tuvo en sus botas el sexto gol, pero su robo/disparo se fue lejos de la portería, ese gol nos hubiera privado de treinta segundos de agónico sufrimiento y el yunque no parecía muy de acuerdo con aquello, nunca lo ha parecido. Patint encara havent marcat cinc.

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