Espero no perder la atención del asiduo lector de este sucedáneo de portal web: voy a dejar el
Es más, en ese momento turolense, me animo a imaginar un pasado distinto: con un Levante decidido, con alma, que después de pelear y buscar el segundo gol sin embargo recibe, por designios del fútbol, el gol del empate en el mismo exacto minuto: «Estaría contento -aseguro finalmente». Ambos hermanos Schumacher eran pilotos de Fórmula 1, pero tú ya me entiendes. La del domingo pasado en Barcelona es una experiencia que recomiendo a todo buen granota. Once representantes de les barres blaugranes, en un escenario abrumador, jugando al fútbol con determinación, con garra, con deportividad, con ganas de jugar, sin un solo fingimiento -salvo la jugada que mereció la expulsión de Dela. Un equipo de once chavales jóvenes, con hambre de comerse el mundo, con el deseo de hacerse un hueco en la élite y con el que evidentemente me siento identificado. El gol del empate es fruto de ese juego coral, de ese compañerismo que rezumó el Levante durante el partido; Dani Gómez, ajustándose las medias, hace un hueco delante del portero, todos al segundo palo, pase raso y tenso al primero e inevitablemente gol. El Espanyol, cierto es, que no estuvo muy atinado pero eso nunca ha sido óbice para que los nuestros se tumben a la bartola delante de la portería de Andrés. Que Dani Gómez tenía que haber metido gol, que Carlos no tenía que haber tirado al centro, que Róber Ibáñez no sé qué. ¿Pero, qué mas da todo eso? Dani Gómez puso el pie para meter, Carlos apuntó a la escuadra y Róber Ibáñez no quería perder el balón, ¿Qué sucedió lo contrario? pues ya está, pasó así. ¿Qué más te da que te piten un penalti en el último minuto cuando puedes bajar la escalera del fenomenal estadio de Cornellà orgulloso de haber visto jugar al Levante?, ¿Qué más da todo lo demás? El coche, el tiempo, el domingo perdido, el lunes sacrificado, el sabor de la derrota. Todo es menos importante.
Total que, un poco más allá, en la grada visitante, uno de ellos mira el marcador, el otro mira la clasificación en el móvil y mientras yo aplaudía como un padre que felicita a su hijo, se dice como una sola voz: «Esa camiseta no la merecéis» Justo en el día en el que más se merecieron jugar en nombre del Levante Unión Deportiva. La ficha técnica del partido debe ser muy aburrida.
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