Morales hoy ha hecho un muy buen partido; no me voy a esconder. En la primera parte, hizo lo que mejor sabe: correr. Morales puede ser una puta máquina si se lo propone. La defensa del Éibar se acojonaba cada vez que mandábamos a José Luis a la guerra porque el cabrón hoy parecía el puto Tirant Lo Blanc. Empató el partido a los nueve minutos en la que menos tuvo que correr y le faltó un pelo de definición después de que Iván Ramis le yerrase el tobillo. El gol de Róber viene provocado por la única forma que había hoy de parar a El Comandante: el patadón al tobillo. Como habéis podido deducir aún así a Ramis se le escapó.
Pero Morales se vino a menos. Cuando solo haces que corretear por el campo de punta a punta, te acabas cansado, y PacoLo tremendamente poderoso en las otras infinitas facetas que ha de manejar un entrenador, hace los cambios tarde y tampoco se atreve a quitar a Morales cuando está cansado y lleva los tacos de la bota de Ramis en el tobillo. Es como si a un cuadro de Sorolla le cae una gota del agua con la que aclara los pinceles.
Tampoco fue un mal partido del Éibar. Es más me atrevería a decir que fue el mejor equipo del partido, también jugaba en casa. Ayer se hubo de soportar un Atlético-Alavés y un Valencia-Sevilla que fueron más jodidos que ver a Morales perder la pelota. Y el fútbol, en su inabarcable sabiduría, se vio en la obligación de compensar regalándonos un partido cojonudo. Este fútbol, con total seguridad, no ganará ligas, pero alegra la existencia. Mendilibar sabe como ganar en esto del balompié y aunque su estilo muestre diferencias con respecto al de PacoLo, ambos beben de la misma fuente. El Éibar nos bombardeo de la mala manera y nosotros forzábamos a su defensa a la mínima opción. La posesión y el orden táctico están sobrevalorados cuando tu equipo es capaz de meter cuatro goles.
Nació el partido con un golazo del Éibar, no de Sergi Enrich (nueve puntos en el Fantasy) sino del Éibar. Juego rápido y preciso, buen cambio de orientación, buen centro, buenísima prolongación y grandísima definición. Respondió Morales segundos después tras recibir un pase de genio de Bardhi. A Morales, como ya se ha dicho, le clavaron una buena falta, y un par de pases después, Jason confesó su amor por Róber Pier a través de un centro. Una debida gestión de los recursos habría provocado que ese gol hubiese ido a para a la saca del Deportivo. Quizás en esa parte del partido hubiera sido interesante meter gol.
Se reanudó el partido y se abalanzó un vendaval sobre nosotros, tres goles y pudieron ser más los que nos colase un Éibar imparable. Pese a que el penalti, que a mi así me lo parece, levante reticencias, el Éibar ralló la puta perfección. A veces cuesta ver jugar así al Barsa o al Madrid. Y encima el Levante pudo contestar. Toño metió un gol de mierda, que fue el 500 de las historia del club en Primera y Mayoral (siete puntos en el Fantasy) se estrenó rascando un punto en la última jugada partido. Amor eterno al entrenador que apuesta por meter cuatro goles aún a costa de recibir otros cuatro.
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