Ser del Levante es divertidísimo; no cosa distinta te mantiene en vilo la víspera a nochebuena. En la montaña rusa de emociones que todo granota cabalga hoy nos ha tocado ver como un partido se nos escurría como arena entre los dedos. La semana pasada, dicha montaña rusa, conectó el larguero de Boateng con una exhibición de Messi y hace dos remontó un cuatro a dos, cardenal del palo en el muslo de Mayoral incluido. Si se pusiese en una balanza el tarro de lágrimas vertidas por todos los madridstas este fin de semana y, al otro lado, el brevísimo instante en el que te das cuenta el gol de Coke es fuera de juego, lo nuestro gana, y por más de un gol.
Vallecas se está convirtiendo en un agujero negro para los granotas; atrás queda el cabezazo de Aganzo, el gol de Ivanschitz en el último minuto o el de Ballesteros en la segunda de las siete victoras seguidas; ahora son los tiempos del póquer de Bueno y el día de la niebla. Vallecas no nos sienta bien (insertese la gastroenteritis colectiva el año que Muñiz secuestró Segunda).
Paquito López ha conseguido que vayamos al estadio de las tres gradas a ganar pero sin la necesidad de ganar (he dicho ganar dos veces en una misma frase y Lucas Alc-atrás se ha perdido). Pero todas esta estas milongas de las necesidades, la posición en la tabla o Europa League se difuminaron cuando el cabrón de Morales le metió un pase con el exterior a Roger, que corría como un poseso cara al gol. El gen ganador que existe en mi, que en comparación con el perdedor es como un ácaro bajo un colchón, despertó y lanzó por los aires el almohadón, las sábanas y el edredón en el momento en que Roger estaba a un L1 + O de ponernos por delante. Dimitriesqui le sacó el pie de Casillas a Robben en la final del mundial y el marcador se quedó como estaba.
Morales, fallón, desparecido y perdido entre la niebla, fue transcendente en los dos momentos más importantes del Levante ayer por la tarde. Firmo arrancarme un par de pestañas a cambio que dé siempre los dos PASES que dio ayer. Sin embargo, no nos olvidemos que es Morales; le entró a Álex Moreno como jamás hay que entrarle a un jugón (y Morales lo sabe) de frente y con las piernas abiertas; el lateral zurdo que hizo estragos por la banda de Coke (ahora iremos a él) le coló un caño a Morales de los que hacen época. Toño terminó por meterse el centro raso de Moreno en su propia portería; si no lo hubiera hecho él, lo habría hecho R.D.T. (Jajajajajajajaja).
Morales salió al rescate y Rochina no desperdició su ASISTENCIA (Morales pásala); su gol, si no hubiese habido niebla es para verlo una y otra vez hasta caer dormido. Dos minutos después uno de la franjita roja arrolló a Rochina dentro del área; en principio, penalti. Pero ni el árbitro, ni el VARman lo vieron.
A Coke parece que los malos de la pelicula en la que Michael Jordan monta un equipo con Bugs Bunny, se le hayan metido por la nariz y le hayan robado el genio que el año pasado demostró tener. No estoy diciendo que Arbeloa lo hubiese hecho mejor, solo digo que, al menos, hubiese estorbado. Ganar sin lateral derecho es un poco dificil, ya se demostró en Huesca. En las páginas del Hola... ay, no... de Marca, se recoge que Álex Moreno no va a escribir carta ni a Papá Noel, ni a los Reyes Magos, ni a lo quien quiera a quien los italiano les escriban porque ya está «saciado» con el regalo de Coke. R.D.T. se aprovechó de Álex Moreno y de Oier para dar la victoria definitva al Rayo.
El propio R.D.T. metió el tres a uno, pero su gol quedó anulado porque a Ignacio Iglesias Villanueva le dio por soplarle a su silbato. Sería verdad cuando toda representación vallecana en nuestro área volvía ya a suposición mientras R.D.T. engrosaba esas estadísticas que solo a él le importan.
Coke siempre fue de enmendar errores. En Éibar ya forzó un falta desde el costado diestro antes de que Mayoral nos diese el empate y hoy en Madrid rozó la copia. Rochina, asistente en casa de Mendilibar, le envió un pase que oposita a Balón de Oro y el mismo Coke remató al fondo de las mallas, su posición de partida, sin embargo, infringía el fuera de juego.
Que PacoLo conoce al yunque es más que evidente, pero ahora el yunque ya conoce a Paco y la cosa se empieza a poner interesante. El Levante perdió en Vallecas y con ello empieza a ser un fijo en los triples de la quiniela; detrás de cada partido nos espera una sorpresa. Anoche perdimos y el Levante ahora es décimo con los mismos puntos que el octavo y lo que más me duele no es el resquemor que se te queda al salir de vacío de un partido facilón, ni tampoco el penalti no pitado a Rochina, ni tan si quiera que Pichini les cerrase la boca en el último suspiro a medio Mestalla mientras nos superaban en la clasificación; lo que más me duele es que Roger ya no marca uno de cada tres. El mundo se va a la mierda.

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